jueves, 22 de septiembre de 2011

¿Quién no se siente Bridget Jones alguna vez?

Antes de nada, he de decir; entre mis amigas soy conocida como Bridget...incluso alguna que otra me llama directamente Jones. Y es que, puedo considerarme una Bridget Jones, más que en potencia, en esencia.

¿Que a qué me refiero con el hecho de sentirse como este personaje? Pues creo que la humanidad en general "sufre" en muchos momentos de la vida situaciones vergonzosas, surrealistas, situaciones de "tierra trágame", vamos...situaciones de Bridget total. Claro que...a todas nos gustaría ser una Bridget con un Marc Darcy o Daniel Cleaver peleándose por nosotras. 

La realidad es un poco diferente, al menos la mía. Si está delante el chico que me gusta y me caígo al suelo después de haber estado bailando cual gogó con dos, tres, o cuatro copas de más, os aseguro que no va a estar un apuesto macho ibérico dispuesto a recogerme entre sus brazos. Más bien me levantaré, lloraré a alguna amiga, y tras el ridículo me iré a casita a dormir la mona. A la mañana siguiente, por supuesto, no querré recordar nada de lo ocurrido, aunque las fotos desvelarán los hechos y sólo rezaré porque nadie las suba a Facebook.

¿Que un día salgo a las 22.00 h de una reunión, con pelos de loca, ojeras hasta los pies y cara de mala leche? No pasa nada...pero...¿Y si en ese momento me encuentro en mi propia empresa a la ex de mi novio que va a hacer un casting de modelo para un anuncio? Ahí la cosa cambia...¿y si además me reconoce y viene a saludarme de manera encantadora? Entonces me siento BRIDGET JONES en mayúsculas.

¿A quién no le puede pasar? ¿Tiene algo de malo sentirse Bridget? ¿O tal vez es mejor aceparlo y reírte de tus propias desgracias? Yo he decidido vivir con ello y aceptar que, a lo mejor, soy un poquito torpe por naturaleza. Eso si, torpe con gracia :-)



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